sábado, 4 de febrero de 2012

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Que es lo peor de encontrarse a días, a siglos de que el futuro llegue a ser presente ¿?, hacer todo lo posible en le presente para que el pasado convierta un posible futuro en un sueño imposible de alcanzar, sentir que el tiempo recorre cada poro y lo desgasta como el viento a las rocas, produce un efecto aun mas desgastante, que el solo hecho de predisponerse a la frustración e impotencia de la vida sin vida, carente de argumentos lo suficientemente válidos como para hacerla valer, todo un trato entre la muerte y el destino tejen la desdicha del viviente que nunca se conforma con lo que llega, que cree en la búsqueda ciega de la verdad y una vez más mirar mas se torna un extraño juego de las escondidas, algunos sueñan y se esconden de la realidad, otros la ven y se alegran (casi nunca sucede), un cuerpo vacío y ausente de validez recorre múltiples caminos y en su constante tropezar, se convierte en un reo de la consecuencia, un ciego esgrimesor que esculpe a costas de la sangre que a chorros corre por sus manos, el abrigo recubre el castigo y por ende mendigo y pródigo es quien evita la luz de su conciencia palpar en su alma, señores del vacío, dueños paganos de un destino, enviados de sus egos, hijos de otros tantos (egos) y remisos a perder el niño que aun espera reír para alejarse del silencio, para sin problemas recorrer el viejo lecho del fondo del recuerdo, el niño que paciente espera por la promesa que nunca se cumplirá, se pierde el control, se vulva imposible pretender sentirse libres, ya ni tu ni yo sabemos eso, estamos a años luz de la verdad intrínseca que hay en cada uno, auque extrañamente los la manifestamos en los cotidianos momentos de sociabilidad, un ostentoso momento que pretende ser menos dramático que el suicidio, el reemplazo de criterios y el apaciguamiento de realidades se hace evidente a medida que en las breves reuniones de “amigos” se calla o se piensa mas de tres veces a la hora de hablar, hablar hace al hombre libre y por ende vulnerable, mientras mas libre sea mas posibilidades tendrá de que alguien se la intente arrebatar, tantos miles de millones repartidos en cinco continentes, en grandes ciudades, ¿ No es extraño entonces sentirse como arrojado a una isla en la mitad de la nada? A lo mejor de pequeñas piezas solitarias se encuentra compuesto el archipiélago social en el que hoy nos encontramos, un lago del cual todos queremos obtener un poco para saciar nuestro ser, amor, como duele saber que mientras más sedientos estamos de el, mas parecemos agotarnos un poco por el, cuantos espejismos los tomamos por reales solo para dañar lo único que deberíamos tener en pie, la fe, pero no la fe de creer en Dios (sea cual sea), sino, la posibilidad de creer en el otro, de saber que aun se puede recorrer en compañía esto que ya otros llamaron planeta tierra, ¿Qué tanto llega a costar tomar el riesgo? Lanzarse al vacío? Sin miedo al dolor o al silencio? Ahí me encuentro yo, bajo mi propia piel preguntándome y convenciéndome, solo como yo y yo podemos hacer, un poco mas es difícil de perder, igual siempre hay algo que perder, aun así ¿Qué me dices?