martes, 1 de marzo de 2011

Sleepwalker...




Yo me acuerdo que antes de que muchas de las cosas que tenía en las manos se rompieran, no me importaban, en realidad derroche más tiempo pisando sobre los escombros que realmente limpiando lo que quedo, aun hoy logro poder encontrar pedazos llenos de polvo de aquello que a veces pareciera que nunca hubiera existido, yo busco entre los pedazos algo que signifique, pero me corto, aunque no sangro las extrañas cicatrices me hacen dar cuenta cuán lejos estoy de dejar de errar.
Yo estoy buscando, pero no se si en la dirección correcta, a veces pareciera que diera resultado pero en otras ocasiones me siento tan desorientado en mi búsqueda que no pareciera ser cierto que ando en búsqueda de algo, últimamente me siento tan solo que hasta mi sombra dejo de acompañarme, mis dedos no escriben hace exactamente un año no escribo nada aquí, no creo que ya nadie lea lo que escribo.
Recuerdo que yo caminaba bajo la lluvia aquella noche, con mis zapatitos húmedos sentía que en realidad me dirigía a constante transitar por la ciudad a un refugio, pasaron las cuadras y mis pobres zapatitos estaban más mojados aun, yo confiado en que se secarían para mañana, no vacilaba en saltar sobre los charcos y me reía, mis pantalones empezaron a humedecerse también y el frio empezó a ser fuerte, pero que me podría pasar si tenía la sombrilla y un sweater y una chaqueta, seguí caminando y en cuanto la música de mi reproductor corría, la realidad se fue, muy lejos, demasiado, encerrado en la fantasía, parecía estar muy bien, falsos pasos sobre el agua que marcaban el inicio de ese naufragio del que milagrosamente hoy he salido a flote, la lluvia cae suavemente esa noche, la luz de las lámparas que artificialmente alumbran las calles brillan como el mas cálido de los soles en el paralelo divagar en el que me había sumergido, solo y sin mi sombra como compañera perdí el sentido de materia, las fronteras eran fáciles de atravesar y nadie hacía eco a mis torpes cantos, que el silencio se llevo, pues nunca salieron de mi boca, mis zapatitos cafés eran un poco más oscuros a causa del agua y ahora las medias enfriaban mis pies y la sangre que por ellos fluía, las botas de mis pantalones también habían oscurecido pasaron de húmedas a mojadas y el agua parecía trepar por ellas hacia arriba, como si la gravedad hubiera perdido su fuerza de atracción hacia la tierra, bajo la sombrilla mi nariz y mejillas se sonrojaron a causa de la brisa que no traía ningún recuerdo, nada familiar en esta noche, mis ojos tocaban la más pobre de las realidades para poder así dejarme ver un sueño que anhelo y que no poseo, parecían las cuadras piedritas que en las que iba saltando de la una a la otra, tan cortas y tan grises como esa cortina de lagrimas internas que al mezclarse con las cenizas de lo que quemo y los pedazos de lo que quiebro conforman mi intrincado mar llamado frustración, mis dedos fríos funcionan como remos, que acarician la basura que se mueve entre cada ola de pensamiento que produzco, mis pestañas en cambio se empezaban a caer, entonces tuve que dejar de dormir mientras daba cada paso, fue cuando vi que recorría esa calle lejos de la avenida principal por la que todo comenzó, y que no me gustaba, otra vez por aquí, me dije, retire la pestaña de mi ojo que lloraba defendiéndose, cuando volví a mi estado de frenesí, me hacía falta un remo, y la basura no me dejo avanzar, y ya ni las olas me hacían mover de donde me había quedado estancado ¿ en qué parte podría depositar un océano entero de deshechos? Después de la pregunta cae el silencio que precede la incertidumbre, esa que hoy continua…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

pilas...

Anónimo dijo...

Te extraño.

Anónimo dijo...

yo tambien